Resumen
Los retos que trae consigo la Revolución Industrial 4.0, que se enmarcan en una relación de conceptos en los que nuevos modelos de producción y comercialización, la inmediatez desde lo global y el acceso a internet pueden tener relaciones jerárquicas en aspectos del día a día. Es un discurso ideal, que no contempla un panorama que parece estar fragmentado, definido por problemáticas surgidas por una sociedad de consumo desaforado, falta de identidad y producción local, que genera ausencia de reconocimiento y valor de conceptos distintivos. Alarma desde esa perspectiva, que la posibilidad de dominancia sigue estando presente, si no se propone el “fomento de la autonomía creativa de las personas, la equidad social y el bienestar, incluyendo el control colectivo sobre la energía y el trabajo” (Escobar,
2016), el poder de decidir sobre nosotros mismos, como comunidad.
Es por esto que, desde las distintas perspectivas desde las cuales se puede asumir la manufactura aditiva, la de la apropiación por parte de los usuarios, desde el acto creativo y político, puede ser la que más se acerca al concepto de la democratización de la tecnología, a su vez que puede dar respuesta a situaciones cotidianas. En esta búsqueda los conceptos de Reparar, Adaptar y Personalizar, permiten direccionar la posibilidad de aplicar la manufactura aditiva en otros contextos, no industriales. Visto desde el mobiliario, es notorio que los elementos de composición de los entornos domésticos, reciben reparaciones, adaptaciones y personalizaciones por parte de los usuarios. En ocasiones, se repara como un intento de prolongar su vida útil y significativa, en otras se reforman como una alternativa de adaptarlo a sus propias necesidades, se apropian también mediante aplicaciones de detalles, para salir de lo homogeneidad de los elementos y así diferenciarlos; estas prácticas son de interés ya que vislumbran maneras en las que los usuarios, asumen los objetos, a la vez que brindan la posibilidad de entender su dinámica e interpretarlas hacia los procesos de manufactura aditiva.
Asimilar la manufactura aditiva desde los entornos cotidianos, puede ser un aporte a las problemáticas de consumo, falta de apropiación y desecho, es una exploración que merece ser profundizada, junto a conceptos como el código abierto y la creación comunal, en los que entornos de acceso libre y colaborativo, abren las fronteras del diseño, “la capacidad de diseñar como una forma de pensar y de hacer que suponga reflexión y sentido estratégico, que obligue a fijarnos en nosotros mismos y en nuestro entorno, y a decidir qué podemos hacer para mejorar el estado actual de las cosas” (Manzini, 2015). Este panorama, puede permitir que el concepto cultural desde lo local, se fortalezca, por lo que tener posibilidades de acceso a tecnologías de manufactura podría significar una verdadera revolución, si se piensa desde la autonomía