Resumen
Tradicionalmente, se ha considerado que el alcance de las acciones de los investigadores en la sociedad está limitado al desarrollo de investigación de alta calidad y a la publicación de artículos científicos, haciendo honor a aquella expresión que dice “Investigación que no se publica no existe” y delegando a otros actores de la sociedad la tarea de pensar cómo puede ser utilizada, por tanto, en nuestro rol de investigadores a quien le dejamos la responsabilidad de pensar que utilidad tendrán los resultados de nuestras investigaciones y como pueden ser utilizadas en la sociedad, en ese sentido me pregunto ¿Cuál es la responsabilidad del investigador frente a la Sociedad?
Habitualmente en la investigación una pregunta genera más preguntas y este caso no es diferente, para dar respuesta al anterior interrogante, es necesario definir ¿Cuándo finaliza el proceso de la investigación científica?
Hasta hace poco, la respuesta tradicional sería con la “Comunicación de los resultados”, debido a que solo así será conocida por la comunidad académica, sus resultados serán discutidos y su contribución hará parte del conocimiento científico universal. Algunos expertos consideran que la investigación va más lejos, al sugerir que termina cuando el lector comprende el artículo, es decir, no basta solo con publicar, es necesario que la audiencia entienda claramente su contenido. Por tanto, es claro que debe ir más allá del “arte de publicar” y concentrarse en la “translación de los resultados al lenguaje colectivo y a las necesidades de la sociedad”.
En la actualidad inmersos en la denominada “Sociedad del Conocimiento”, estos dos momentos son complementarios, por una parte, los profesionales estamos llamados a divulgar y hacer explícitos los resultados de las investigaciones para el enriquecimiento de la ciencia, en respuesta a la responsabilidad moral de discutir públicamente las implicaciones sociales de su investigación, no solamente promoviendo sus beneficios sino también, y más importante aún, advirtiendo sobre sus potenciales peligros y, por otra parte
la ciencia, sus avances, sus desafíos y sobre todo sus resultados, no pueden quedar encerrados en los laboratorios o instituciones científicas, por el contrario, deben abrirse a la sociedad para lograr su implementación oportuna, dando paso a la investigación con impacto social, que no necesariamente se aleja de la investigación en ciencias básicas o corresponde únicamente a las ciencias sociales y humanas, sino que dentro de su desarrollo no solo intenta expandir la frontera del conocimiento, sino también responder a problemas de la sociedad desde una perspectiva objetiva, mediante estrategias multidisciplinarias que integran las diferentes dimensiones a nivel individual y poblacional, desde la salud humana hasta las prácticas que determinan su relación con el entorno.
Los impactos de las actividades en ciencia y tecnología pueden ser clasificados en función de su objeto: impacto en el conocimiento, impacto económico e impacto social. Sin embargo, los indicadores cienciométricos y bibliométricos empleados para la evaluación de la actividad científica y la estimación del impacto de las investigaciones realizadas por las Universidades, sus grupos de investigación e investigadores, han cambiado de manera significativa la precepción del beneficio y alcance de las actividades de investigación realizadas y es tan trascendental que los rankings internacionales se elaboran a partir del perfil de producción de nuevo conocimiento, en relación a calidad y cantidad de publicaciones en revistas indexadas en bases de datos reconocidas en el ámbito internacional y los entes de financiación basan sus decisiones en ellos al momento de asignar fondos para el desarrollo de proyectos de investigación.
Este contexto trae como consecuencia, que los profesionales dedicados a la práctica de la investigación, estén obligados a demostrar su productividad académica, con el fin de obtener beneficios a nivel personal e institucional en relación a los indicadores de Generación de Nuevo Conocimiento, Visibilidad, Cohesión, Colaboración y Formación de Jóvenes Investigadores y en el afán de alcanzar los más altos beneficios, ha incrementado el riesgo de realizar prácticas inapropiadas para la publicación de los resultados de los proyectos, lo cual, infortunadamente, ha llevado a la comunidad a emitir un argumento recurrente para criticar la investigación, que consiste en decir que “la mayor parte de sus resultados no se aplican, son por tanto inútiles y no reportan beneficios a la sociedad”. En consecuencia, se observa que los científicos con frecuencia centran sus esfuerzos en repetir investigaciones de casos suficientemente probados, donde la única fuente de variación comparada a otras es el cambio de situación geográfica. Se olvidan que cuando los modelos universales descritos están bien definidos se aplican también en esas localizaciones, esta investigación arrojaría siempre resultados previsibles y conclusiones de escasa relevancia.
En la práctica, la ciencia que transmite mejor sus resultados es la más útil, por ello es prioritario comunicar los resultados, sin olvidar que el proceso de investigación no finaliza con la publicación del artículo, sino que debe complementarse con actividades de apropiación social del conocimiento que permitan su asimilación por parte de la sociedad y finalizar con una evaluación del impacto social de estas actividades, involucrando diferentes actores de la sociedad como las Universidades, a través de sus grupos de investigación, investigadores y semilleros, las empresas del sector privado, las instituciones públicas y las organizaciones sociales; de esta manera se desarrollará una investigación integral que empleé principios de responsabilidad social y trascienda más allá del aporte a los indicadores bibliométricos y cienciométricos, y se enfoque en los impactos de transformación en dimensiones trascendentales del individuo a nivel social, económico y ambiental.
Finalmente, es claro que el principio de la culminación de una investigación corresponde al arte de publicar sus hallazgos, que deben partir de parámetros que faciliten la circulación comprensible, clara y precisa de dichos resultados, lo que implica el cumplimiento de una metodología específica y accesible, a cualquier lector y para quienes con poca o nula experiencia puedan tener. En general, a los profesionales nos cuesta el arte de publicar en forma técnica y científica, es una habilidad que debemos desarrollar en la medida de la práctica y frecuencia en la que lo hagamos, por lo que debemos hacer un esfuerzo adicional para superar esta deficiencia.
Citas
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